Quien soy yo? La eterna pregunta que al parecer nadie sabe pero todos andan buscando. Como si hubiéramos creído que no eramos nadie al nacer y que con el paso de los años tendríamos que crear esa identidad llenando la mochila de aprendizajes infundados por los demás para ser alguien mejor, para conseguir logros y encontrarnos a nosotros mismos, para acercarnos más a la versión mejorada de mi propio "yo"
Nos encontramos a adultos con mochilas emocionales más grandes de las que puedan soportar y a niños con cargas que hacen menguar sus pasos a medida que pasa el tiempo, mochilas cargadas de miedos y en consecuencia, llenas también de enseñanzas mal interpretadas o aprendidas.
Mientras tanto la sociedad te pregunta constantemente - ¿Que tienes en tu mochila? ¿Quien eres? Entonces ingenuo de ti, mirarás tras tu espalda y te sentirás identificado con lo que lleves en ella; tus estudios, tu coche, tu casa, dinero, amigos o tu nueva pareja... y te enorgullecerás o por el contrario te avergonzarás de lo que no tienes. ¿Eso es lo que somos? ¿Un saco lleno o vacío de "cosas"...?
El lema actual de la sociedad es " Dime que tienes y te diré quien eres" Pues bien, hoy diré que eso que nos hacen creer y hemos creído tanto tiempo no es cierto. Somos maravillosos desde el primer momento en que venimos al mundo, cuando nuestra mochila está totalmente vacía y aún esta por llenar, el problema aparece cuando nuestro sistema se ofrece a llenarla por nosotros antes de que lo hayamos comprendido y nos sentimos perdidos.
Pero aún somos más maravillosos si después de tener la mochila repleta de creencias, logros o vergüenzas infundadas "despertamos" y somos capaces de ir vaciandola sabiendo que en cosecuencia no seremos nadie importante para el mundo a su manera de ver las cosas, pero para ti habrás dejado de buscar cosas con las que identificarte pues ya te habrás encontrado a ti mismo y la dicha será tan grande que todo lo que hagas a partir de ahora será desde el corazón.
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