Duele la fuerza con que las cadenas de la gravedad te amarran a tu propia existencia. Cuanto más alto intentas saltar, más fuerte es el tirón que te hará caer contra el suelo, pequeño golpe de realidad que hace que te preguntes porqué intentas volar, si no tienes alas que te permitan huir... huir de presentes llenos de bloqueos y evasión producidos por vivir en la ignorancia de no saber como erradicar nuestros miedos.
Solo cuando realmente tomes conciencia de en que punto te encuentras y que te impide avanzar, podrás convertir los momentos vacíos de "luegos", en momentos llenos de "ahora" y desprenderte así de las cadenas que un día pensaste que te ataban, para descubrir que eras tú el que permanecía amarrado a ellas y así aprender que no son necesarias las alas para huir, sino la mente para VOLAR.
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